La ultraperiferia es un término europeo con el que se designa a nueve regiones (Guayana Francesa, Guadalupe, Martinica, Mayotte, Reunión, San Martín; Azores y Madeira, y las Islas Canarias) pertenecientes a tres Estados miembros (Francia, Portugal y España, respectivamente) que poseen unas características geográficas y económicas determinadas. 

De conformidad con el artículo 349 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE), la política ultraperiférica es la respuesta de la Unión Europea a una realidad singular que permite medidas específicas, modulaciones y excepciones a las políticas comunes en el marco de una estrategia diseñada específicamente por la Comisión Europea para las denominadas Regiones Ultraperiféricas (RUP).  Ilustra la toma en consideración de la especial situación económica y social de las RUP agravada por la lejanía, la insularidad, el escaso tamaño, un relieve y clima adversos, y la dependencia económica de un reducido número de productos, factores todos ellos cuya permanencia y acumulación perjudican gravemente su potencial de desarrollo futuro. 

Este estatus específico afecta, concretamente, a las políticas aduanera y comercial, la política fiscal, las zonas francas, las políticas agrícola y pesquera y las condiciones de abastecimiento de materias primas y de bienes de consumo básicos. 

Los principales retos de las RUP para los próximos años se recogen en una Comunicación de la Comisión Europea que ha sido renovada el 3 de mayo de 2022, dando lugar a una nueva Estrategia para las RUP, titulada «Dando prioridad a las personas, asegurando el crecimiento sostenible e inclusivo y liberando el potencial de las regiones ultra periféricas de la UE»:

Se trata de un documento de singular importancia que viene a recordar y subrayar no solo los importantes déficits de estos territorios en su desarrollo, sino también, a abordar dichas limitaciones con un «apoyo adaptado» a sus características, basado en una transición ecológica y digital, que potencie sus activos específicos y únicos.