Por ello, la PAC se centró en el impulso de medidas dentro de su política de precios y mercados, basada en el establecimiento de unos precios institucionales para los distintos sectores y unas ayudas vinculadas directamente a la cantidad producida. Dichas medidas dieron sus frutos a lo largo de las siguientes décadas de tal manera que la situación comunitaria se tornó de una situación deficitaria a otra excedentaria. A través de sus sucesivas reformas, la PAC ha evolucionado para adaptarse a los cambios estructurales y coyunturales, así como a las necesidades y exigencias de la sociedad.

La primera gran reforma de la PAC fue la Reforma de 1992, denominada reforma «MacSharry». Los principales cambios introducidos fueron la disminución de precios institucionales y la compensación de la renta de agricultores mediante ayudas directas por hectárea o cabeza de ganado, denominadas pagos compensatorios.

La Reforma de la Agenda 2000 tuvo como objetivo aumentar la competitividad del sector, sustituyendo las medidas de apoyo a los precios por ayudas directas, y acompañando este proceso con una política basada en el desarrollo de las zonas rurales, dando lugar a una nueva estructura de la PAC basada en dos pilares, convirtiéndose así el desarrollo rural en el segundo pilar de la PAC y dedicando el primer pilar a las medidas de la política de precios y mercados. 

La Reforma de 2003 centró sus objetivos en incrementar la conexión de la agricultura europea con los mercados mundiales, preparar la ampliación de la Unión Europea y responder a las nuevas exigencias de la sociedad (medioambientales, seguridad y calidad alimentaria, bienestar animal y ordenación territorial). Esta reforma introdujo la disociación de las ayudas con respecto a los volúmenes producidos; las ayudas disociadas pasaron a denominarse «pago único» por explotación, que estaba centrado en la estabilidad de los ingresos.

En 2007 se creó una Organización Común Única de los Mercados (la denominada OCM única), que unió en un solo reglamento los mecanismos de reglamentación de las 21 organizaciones comunes de los mercados (OCM) existentes hasta ese momento.

La Reforma de 2013 se caracterizó por la conversión de las ayudas disociadas en un sistema de ayuda multifuncional. El «pago único» a las explotaciones se sustituye por un sistema de pagos por niveles o estratos que incluyen siete componentes: un pago básico; un pago verde para bienes públicos medioambientales (con un marcado componente ecológico); un pago complementario a los agricultores jóvenes; un pago redistributivo para reforzar la ayuda a las primeras hectáreas de una explotación; una ayuda adicional a las rentas en las zonas condicionadas por limitaciones naturales; ayudas vinculadas a la producción; y por último, un régimen simplificado en favor de los pequeños agricultores. 

En la actualidad, los agricultores y ganaderos comunitarios se rigen por una prórroga de la reforma de la PAC de 2013 (reglamento de transición de aplicación en 2021 y 2022).

La nueva reforma 2023-2027 de la PAC conserva los elementos esenciales de la PAC del 2013 y, al mismo tiempo, introduce un cambio profundo en la manera en la que deben diseñarse sus instrumentos, pues pasa de ser una política basada en la descripción de los requisitos que deben cumplir los beneficiarios finales de las ayudas a una política orientada a la consecución de resultados concretos, vinculados a tres objetivos generales: el fomento de un sector agrícola inteligente, resistente y diversificado que garantice la seguridad alimentaria; la intensificación del cuidado del medio ambiente y la acción por el clima (contribuyendo a alcanzar los objetivos climáticos y medioambientales de la UE); y el fortalecimiento del tejido socioeconómico de las zonas rurales.

El marco jurídico general de la nueva PAC viene marcado por el Reglamento (UE) 2021/2115, que establece las normas en relación con los Planes Estratégicos de la PAC, el Reglamento (UE) 2021/2117 de la Organización Común del Mercado y el Reglamento (UE) 2021/2116 sobre la financiación, la gestión y el seguimiento de la PAC.

La nueva PAC se ejecutará a través de Planes Estratégicos Nacionales. Se trata de una herramienta de programación que definirá, para cada Estado miembro, los parámetros clave para el desarrollo de todos los instrumentos de la PAC, tanto los financiados por el FEAGA, como los pagos directos a los agricultores, las medidas de regulación de mercado y ciertos programas sectoriales, como los financiados por el FEADER (para la modernización de las explotaciones, la mejora de las estructuras de transformación y de comercialización, las medidas medioambientales, de diversificación de la producción y las territoriales). 

El Plan Estratégico de la PAC (PEPAC) en España contiene las intervenciones para alcanzar los objetivos de esta política y la ambición del Pacto Verde Europeo, en base a un análisis minucioso de las necesidades del sector agrario y el medio rural en su conjunto. A través de su aplicación se busca responder a las necesidades económicas, sociales y medioambientales del sector mediante una agricultura inteligente, sostenible y competitiva.

Entre los principales retos a los que pretende hacer frente, encontramos: la necesidad de garantizar el suministro de alimentos estables y de calidad a la sociedad, el cambio climático, la conservación de los recursos naturales, la biodiversidad y el paisaje, las necesidades de los ciudadanos, el apoyo a la renta de agricultores, la lucha contra el despoblamiento rural garantizando el relevo generacional, la reducción de la brecha de género en el sector y la importancia de la tecnología, la innovación y la digitalización. 

Entre las medidas de intervención del PEPAC, cabe destacar las ayudas directas como sistema de apoyo a la renta de los agricultores favoreciendo así la continuidad de la actividad agraria. Los tipos de ayudas directas a la renta son: ayuda básica a la renta para la sostenibilidad, pago redistributivo (para favorecer a las primeras hectáreas de la explotación), pago a jóvenes (para favorecer el relevo generacional), eco-esquemas (pagos adicionales por el cumplimiento de alguna práctica agraria medioambientalmente más ambiciosa que la condicionalidad), ayudas asociadas a la producción (para favorecer a sectores vulnerables desde el punto de vista social o económico) y ayuda específica del algodón.

Además de las ayudas asociadas a la producción, que son pagos directos, existen los programas sectoriales (por ejemplo, en frutas y hortalizas o vino), que abarcan aspectos muy diversos, desde la promoción de productos, hasta la innovación, las inversiones, la lucha contra plagas y enfermedades o la reducción del impacto ambiental y climático.

En lo que se refiere a las medidas de desarrollo rural, estas ayudas contribuyen al desarrollo territorial equilibrado a través de la creación de empleo y la mejora de las condiciones de vida en las comunidades rurales. Gran parte del gasto se corresponde con medidas de carácter ambiental: medidas agroambientales, inversiones de carácter no productivo, ayudas a zonas con limitaciones naturales u otras limitaciones específicas, ayudas a zonas con desventajas específicas (como la Red Natura 2000). Destacan también las medidas de apoyo a la instalación de jóvenes, las inversiones en explotaciones, las estrategias de desarrollo local (LEADER) y las medidas de cooperación, asesoramiento y formación.

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