El 11 de mayo de 2011, el Consejo de Europa (organización ajena a la Unión Europea) firmó el Convenio de Estambul, que tiene como objetivo prevenir y combatir la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica en todas sus formas y garantizar la protección y el apoyo a las víctimas. El Convenio entró en vigor el 1 de agosto de 2014, después de que Albania, Austria, Bosnia y Herzegovina, Italia y Portugal fueran los primeros países en ratificarlo.
El Convenio de Estambul es el primer tratado internacional que establece una definición clara de la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica, reconociéndola como una violación de los derechos humanos y una forma de discriminación por motivos de género. Además, establece un marco legal para que los Estados miembros adopten medidas eficaces para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica.
El Convenio de Estambul también establece la obligación de los Estados miembros de garantizar una atención integral a las víctimas, incluyendo servicios de asistencia, apoyo y protección, así como medidas de prevención y educación en la sociedad.
Hasta la fecha, el Convenio de Estambul ha sido firmado por 45 Estados miembros del Consejo de Europa y ratificado por 34 de ellos, lo que significa que estos últimos países están legalmente obligados a adoptar medidas efectivas para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica. Además, el Convenio de Estambul ha sido ampliamente reconocido como una herramienta importante para garantizar una atención integral a las víctimas y para promover la igualdad de género.
A pesar de estos avances, todavía queda mucho por hacer para erradicar la violencia de género en todo el mundo. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, una de cada tres mujeres en todo el mundo ha sufrido violencia física o sexual en algún momento de su vida. La pandemia de COVID-19 ha exacerbado aún más esta situación, con un aumento significativo en los casos de violencia doméstica en todo el mundo.
En este contexto, es fundamental que los Estados miembros del Consejo de Europa y la comunidad internacional en su conjunto continúen comprometidos con la implementación del Convenio de Estambul y la lucha contra la violencia de género. Esto incluye la asignación de recursos adecuados para garantizar la implementación efectiva del Convenio de Estambul, así como la promoción de la igualdad de género y la eliminación de todas las formas de discriminación por motivos de género.
