21/08/2024
Las escuelas europeas
Durante los últimos meses, la prensa española se ha hecho eco del intento, por ahora en suspenso, de crear la primera Escuela Europea Acreditada (EEA) de España, que habría tenido como sede el espacio que comparten el Colegio Público y el Instituto de Educación Secundaria Ramiro de Maeztu en la ciudad de Madrid. Este sistema educativo es relativamente desconocido para la mayoría de los ciudadanos europeos, aunque es esencial en la conciliación laboral del personal que trabaja en las instituciones de la Unión Europea (UE).

Las Escuelas Europeas son centros educativos creados conjuntamente por los gobiernos de los Estados miembros (EEMM) de la UE con el fin de ofrecer una educación multicultural y multilingüe a los hijos de los funcionarios de las instituciones europeas. La primera de ellas abrió en Luxemburgo en 1953 a iniciativa de los funcionarios de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), para posteriormente crearse un estatuto para su administración en 1957. En la actualidad, se rigen por el Convenio firmado en 1994 que las dota de un régimen jurídico muy particular: a todos los efectos, son centros de enseñanza pública en los países en los que están presentes, pero gozan al mismo tiempo de autonomía respecto a la administración educativa de los mismos. El órgano principal de gobierno del sistema de Escuelas Europeas es el Consejo Superior, formado por los 27 representantes de los EEMM elegidos por sus respectivos ministerios de Educación, así como un representante de la Comisión Europea, otro del personal docente y un último designado por las Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos.

Las Escuelas Europeas ofertan un currículo específico supervisado por el Consejo de Inspección de las Escuelas Europeas que abarca desde educación infantil hasta el bachillerato. Al finalizar, reciben el título de Bachillerato Europeo, que goza del mismo estatuto que los títulos y pruebas nacionales oficiales de los EEMM de la UE. Los alumnos se agrupan en secciones lingüísticas, pues se procura ofertar la lengua materna de los estudiantes, siempre que se alcance un número mínimo de alumnos y se trate de «lenguas comunitarias». Los idiomas que han de ofrecer estos centros son, según el Anexo II del Convenio de 1994, el alemán, el castellano, el danés, el francés, el griego, el inglés, el italiano, el neerlandés y el portugués. De ese modo, allá donde el número de funcionarios españoles es importante, las Escuelas Europeas conforman uno de los más importantes nodos de difusión del castellano en Europa, al tiempo que respetan la «diversidad cultural y lingüística» de los Estados miembros.

El Sistema de Escuelas Europeas distingue dos tipos de escuelas:

Las Escuelas Europeas originales regidas por el estatuto de 1994 que, tras la salida del Reino Unido, suman 13 centros: cinco en Bélgica (las cuatro escuelas de Bruselas y la de Mol), tres en Alemania (Frankfurt, Karlsruhe y Múnich), dos en Luxemburgo, una en Países Bajos (bergen), Italia (Varese) y España (Alicante).

Por otro lado se encuentran las Escuelas Europeas Acreditadas que son centros de la red educativa nacional de los EEMM que ofrecen el plan de estudios de las Escuelas Europeas y la posibilidad de obtener el Bachillerato Europeo. No se rigen por el convenio de 1994, si bien para su creación deben cumplir los requisitos pedagógicos establecidos por el Consejo Superior y conseguir su aprobación, paso que había logrado el complejo del Ramiro de Maeztu. Su creación data de 2005 ante la necesidad de ofrecer una educación multilingüe a los funcionarios de instituciones europeas de ciudades que no contaban con Escuelas Europeas. 

Por ahora, existen 24 escuelas acreditadas:

  • Austria: Innsbruck
  • Alemania: BadVilbel, Saarbrücken,
  • Alemania:
  • Bélgica: Waterloo
  • Dinamarca: Copenhague
  • Eslovenia: Liubliana
  • Estonia: Tallin
  • Finlandia: Helsinki
  • Francia: Estrasburgo, Lille, Manosque, París,
  • Grecia: Heraklion
  • Irlanda: Dunshaughlin
  • Italia: Brindisi, Parma
  • Luxemburgo: Clervaux, Differdange, Junglinster, Luxemburgo, Mersch, Mondorf-les-baines
  • Países Bajos: La Haya
  • Polonia: Varsovia

España

En España, la Escuela Europea de Alicante es la única de su tipo, una excepcionalidad que está evidentemente relacionada con la presencia en la ciudad mediterránea de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO), que cuenta con una plantilla de 775 personas. La red de escuelas tiene un enorme impacto entre los funcionarios europeos, pues facilitan la conciliación familiar, la aclimatación de los trabajadores y sus allegados al país de acogida y la formación de los menores en la lengua y la cultura receptoras. Si bien los hijos del funcionariado europeo constituyen el aporte fundamental del alumnado de estas escuelas, lo cierto es que están abiertas a otros ciudadanos europeos. 

Las normas de matriculación son, a pesar de ello, estrictas y evidentemente enfocadas a priorizar a las familias de los trabajadores de las instituciones europeas. Y es que la inscripción en las Escuelas Europeas no permite ni preinscripción ni existe una lista de espera. El orden de ingreso de los alumnos está establecido en tres categorías que, sintetizando, serían las siguientes: existentes de alumnos, además del orden de prelación para aquellos de la categoría III:

  • Categoría I: alumnos cuyos padres pertenecen a una institución europea u organización asimilada (los hijos de los propios docentes, asistentes de europarlamentarios no contratados localmente, etc.) y son contratados directamente y de forma continua por una duración mínima de un año. Estos alumnos pueden inscribirse en cualquier momento del año y están exentos del pago de tasas de escolaridad o «minerval».
  • Categoría II: alumnos admitidos mediante contrato firmado con una empresa u organización, a través del cual se comprometen a pagar los gastos equivalentes al coste real de la escolaridad de los alumnos concernidos. También pueden inscribirse en cualquier momento del año.
  • Categoría III: alumnos no incluidos en las condiciones anteriores y que accederán a clases que tengan plazas (el tamaño máximo de un grupo es de 24 alumnos). Las familias se hacen cargo de pagar el «minerval» y han de inscribirse en un periodo determinado, normalmente la segunda mitad de abril. La admisión se realiza conforme a un orden de prelación que prioriza a los hijos de funcionarios nacionales destinados en representaciones exteriores, anteponiendo las de la OTAN y de EEMM de la UE a los que no lo son.


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